sábado, 26 de noviembre de 2011

Quizás no es tarde...

Dios, ayúdame, por favor. No la puedo olvidar, han pasado dos años, un mes y tres días, pero sigo pensando en ella como la primera vez. ¿Por qué la dejé así? Fue todo de repente, sin explicaciones, sin nada más que un se acabó. Y fue lo peor que pude hacer en mi puta vida. Ahora la veo sonriendo con otros chicos, pasándolo bien sin mi, luchando por su felicidad sola, y me siento como una verdadera mierda. Sé que toda la culpa fue mía, que no debí dejarme vencer por mis miedos, pero... No sé, ¡no lo pude evitar! Dios, soy tan idiota... Pero aún así la quiero, la amo con todo mi ser, y daría lo que fuese para poder estar con ella en este instante. Lo peor es que, tiempo después de cortar, ella seguía enamorada de mí. Yo pensaba que estaba bien solo, que no necesitaba a nadie en ese sentido, que solo le haría daño... Pero me equivocaba. Y cuando me di cuenta de que no podía estar sin ella, era demasiado tarde... Debí sincerarme cuando me di cuenta de que la seguía queriendo, debí perder mis miedos, mi vergüenza y mi orgullo y decirle la verdad, que la quería. Pero no lo hice, me callé, hasta hoy, y ahora estoy solo. Sé que no volveré querer a nadie así, y que nadie me amará como lo hizo ella. ¿Debería decirle la verdad? ¿Debería dejar de ser un cobarde por una vez y abrirme a ella? Odio ser como soy, pero es hora de cambiar. Es hora de buscar la felicidad, a su lado, y nada podrá detenerme. La quiero, y no pienso renunciar.

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